Era tan chico, perdía el norte y el sur,
le gustaban los sueños prohibidos,
encontrarte de frente en el bus.
Era tan pillo, con su salero andaluz,
si su madre decía a las diez de la noche
llegaba a la par que la luz.
Sin previo aviso,
podía llevarte con él
al paraíso llegábais los dos sin mirar,
sin pedir permiso,
contigo aprendió a tocar y a besar.
Hay amores que ganan al tiempo,
no importa la facha, el dinero o la edad,
porque tú eras su otra mitad.
Era testigo, de aquel instinto animal,
si le mordías debajo de sábanas frías
cuando todos se iban al bar.
Era tu amigo, amante y loco por ti,
desde entonces no ha habido otra historia
que mereciera la pena vivir.
Sin previo aviso,
podía llevarte con él
al paraíso llegábais los dos sin mirar,
sin pedir permiso,
contigo aprendió a tocar y a besar.
Hay amores que ganan al tiempo,
no importa la facha, el dinero o la edad,
porque tú eras su otra mitad.